jueves, octubre 04, 2007

En las forjas se imbuían las espadas de brillo y filo, pero en los corazones de los forjadores la llama era quieta, crepitando pero como un susurro con el eco de una tempestad.

En el corazón del marinero el pulso dicen que era como el agua.

Y desde los aires los que escribían que se sentían libres como águilas, o que buscaban parecerse a Zeus o cualqueira otro inmortal quien fuere descubrían que sus caidas eran lo mejor de todos los regalos divinos y humanos porque descubrían que cuando con más fuerta cantaran o se alzaran finalmente acababan por llegar hasta romper el cielo entre las mismas estrellas.

Así se siente el corazón cautivo de la pasión que cuando es como el fuego bulle con su color pero es quieto como las almas cuando quiere, y cuando se embrabece por quienes ama alcanza hasta los más altos riscos, salta por las laderas de las más escarpadas montañas y se engancha de los cabellos luminosos junto a la corona del sol.

Y su brillo no lo ciega, porque conocen el de una luminosidad aún mayor que la de la más grande explosión del mas colosal orbe celeste...

Vuela hasta las estrellas si quieres como Superman, o álzate a lomos de un orgulloso pegaso de imponente crin... Pero vive para luchar con el corazón de la gesta

No hay comentarios: