Hoy caminé hacia el santuario
Busqué junto al guerrero
Huímos de la noche
Hasta el oasis de la emisaria
Allí el guardián dijo que esperase
Los beduinos miraron al cielo, atisbando entre nubes
Un guerrero miró hacia su espada...
Y el acechante nocturno lo esperaba
"... a las puertas del santuario"
"Dos cofres... Bien ornados y bien dispuestos"
Coronados por escorpiones
Una máscara de sueño de fuego
Sobre el rostro de un joven niño
vendas de lino entorno a su pecho
y el añil en medio...
Tres signos para destruir...
Uno para crear el absoluto...
Tempestad en el mar de dunas
Entre las palmeras y los dulces cactus
La mascara lejana de Zero
El absoluto
Protege el santuario
Un golem de piedra y sangre
Junto a un escorpión devora-almas
Al que yo entregué la mía, sidi
"Las falsas riquezas del cofre no satisfacen ninguna avaricia, dijeron..."
... Pero algunos herejes, encontraron entonces divertimentos más entretenidos...
Y entonces quemaron de nuevo carne y sangre
Ofrendaron falsos vacíos
Los canopes quedaron huecos
En espirales de tela
Se grabó ricas palabras...
La muerta bendecida...
La nocturna coronada
sola..., sola..., sola...!!!
Allí dejaron el cayado, la zarza, las hebras y el lino
Tejidas en rica sedas las mantas de miel
Donde comían honrados capataces de constructores
Todo allí quedo en secas haciendas
El albercas reposadas
Junto a la espada del escriba
Y el pergamino de guerrero
Una marca eterna sobre tu cara ata corazones
El suyo dijeron que fue ofrendado...
para la corona roja
En la espiral de la serpiente, el mercenario se buscó
Allí acunado se durmió tiernamente mirando ojos de oro
Al despertar marcó su frente al alzarse el sol y calló
El juicio del chacal acompañó una voz de dama
cuatro apostoles de la luz
bajo el doble sol
Enfrente de la reina de dragones
Junto a dos corazones por dos veces
prendida en un cerco...
A la sombra del amparo de tu regazo
mirando al sol del nuevo día, cuando despierte con tu calor
La dama blanca, de toca impoluta
y un athame de lágrimas erigido al cielo
un aullido del desierto, sidi... Cuando los Djinn caminaban junto a la esposa dragón
Así fueron llamados junto al espíritu de la transformación
y la tupida hierba recibió el abrazo del rocío, el la seca aridez del alma
Brillando al sol, al abanto empezó un canto, que ha durado dos siglos...
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